Beneficios de vivir conforme a la sabiduría.

person reading Bible on top of brown wooden table

Hijo mío, no te olvides de mi enseñanza, Y tu corazón guarde mis mandamientos, porque largura de días y años de vida. Y paz te añadirán. La misericordia y la verdad nunca se aparten de ti; átalas a tu cuello, escríbelas en la tabla de tu corazón. Así hallarás favor y buena estimación ante los ojos de Dios y de los hombres. Pr 3:1–5.

 El clamor de Salomón sale de nuevo a relucir: su consejo no debe ser olvidado, los mandamientos que ha dado deben ser atesorados en el corazón, los beneficios de atesorarlos son extensión de días. Desde la perspectiva literaria, es importante notar que en el fondo lo que hay es la tradición hebrea: los hijos rebeldes y contumaces eran condenados a muerte, pero los que se sometían a sus padres podían vivir largo tiempo y además hacerlo en paz. El mandamiento que se extrae de esta porción es honrar a los padres, guardando sus dichos, sus reglas (Éxodo 20:12); sino, Dios juzgará al que diga ser creyente y se rebele a sus padres.

 La misericordia y la verdad deben caracterizar al justo; cuando una persona tiene estos atributos, encuentra el favor de Dios y de los que lo rodean; esto también es ser sabio. Los cristianos deberían caracterizarse por practicar estos atributos que en realidad se encuentran en las escrituras (Jn 15:12). Los mandamientos del Señor deben estar cerca del corazón de los creyentes, así como estuvieron cerca de los judíos (Dt 6:8); los rectos de corazón siempre serán estimados ante la sociedad, porque Dios mismo los tiene en alta estima.

 El Señor está mostrando cuál es el camino de la sabiduría que hoy podemos poner en práctica: en primer lugar, dejar el orgullo y someterse a los padres, porque esto trae agrado a Dios (Col 3:20), y practicar la misericordia y la verdad, dos cosas que deben representar a los creyentes, es decir, poner en práctica la ley de la gracia de Dios; en este caso muy específico, lo que el Señor quiere es que practiquemos su justicia y su verdad, que las atesoremos en el corazón y que sea su palabra la que nos guíe en la toma de decisiones, sabiduría de lo alto (Stg 3:13–18), que trae paz; por esto los que la practican son hallados en alta estima ante los hombres. 

 Sobre todo, el creyente debe ser reconocido por usar bien la palabra de Dios, que es lo que trae honra y gloria a su Nombre (1 Tim 4:6).