Cristo la fuente de Luz de vida. Prt2

Y éste es el mensaje que hemos oído de Él y que les anunciamos: Dios es Luz, y en Él no hay ninguna tiniebla.

1 Jn 1:5.

La luz de Cristo es perfecta, es eterna, inmensa, a tal punto que no acepta tinieblas en ella. La Biblia vincula la luz con la santidad de Dios donde no hay ni un ápice de pecado. Lo que nos lleva al aspecto divino de la Luz, Jesús es la luz del mundo (Jn. 8:12, 12:45–46). La cuestión de las salvación y vida eterna están limitados por estar en Dios, en la luz. La Luz verdadera no acepta espacios oscuros.

No se puede definir Luz en sí mismo, porque es un atributo que se presenta en Dios, que lo presentan las Escrituras (Sal. 119:105, 130; cp. Pr. 6:23; 2 P. 1:19), el creyente por lo tanto no es la fuente de esta Luz pero si puede ser un reflejo de ella llevando una vida de santidad (Ef. 5:8–9; Ro. 13:12; 1 Ts. 5:5–6). Estar en la Luz significa amar (2:9–11).

Así que nadie que dice ser cristiano puede manifestar una vida de tinieblas, (Mt. 7:17–18), la santidad de Dios lo debe exceder, su vida debe ser una manifestación de la luz. Porque no todo el que dice andar en la Luz anda, algunos imitan las obras de la santidad y la Luz de Cristo pero estos serán desechados en el día del juicio (Mt 7: 21–23) porque Dios es luz y ningún ápice de pecado puede estar en su presencia.

El fin de realizar y seguir una vida de andar en Luz es para que toda la gloria se la lleve el Padre, la cuestión de la Luz es está, le pertenece a Dios, proviene de Él y es para Su gloria. Cuando un creyente anda en la luz solo está dándole gloria a Dios. Jesús lo resumió así: «Así brille la luz de ustedes delante de los hombres, para que vean sus buenas acciones y glorifiquen a su Padre que está en los cielos» Mt 5:16. Entonces es un deber cristiano andar en la luz porque esto trae gloria a Dios.


Hablando de insectos se cree que las polillas mantienen la fuente de luz en una posición determinada en relación con sus cuerpos para orientarse. Es decir su referencia es la luz y todo lo que hacen está determinado por la fuente luminosa, por eso en los inviernos los bombillos parecen atraerlas hasta la muerte. Esto es una muy buena forma de ilustrar como debe ser el andar del creyente, guiado por la Luz de Cristo siempre y que esta Luz nos irradie tanto que no nos importe morir con tal del permanecer en Ella.