Debemos poner la mirada en las cosas de arriba.

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Si ustedes, pues, han resucitado con Cristo, busquen las cosas de arriba, donde está Cristo sentado a la diestra de Dios. Pongan la mira en las cosas de arriba, no en las de la tierra. Porque ustedes han muerto, y su vida está escondida con Cristo en Dios. Cuando Cristo, nuestra vida, sea manifestado, entonces ustedes también serán manifestados con Él en gloria. Col 3:1–4.

Jesús ha enviado a sus discípulos al mundo (Jn 17:18), pero los cristianos no pertenecen al reino de este mundo y la fe ayuda a vencerlo (1 Jn. 5:4–5). En otras palabras, los que dicen ser de Cristo no se aferran a este mundo porque no pertenecen a él; solo son peregrinos 1 P. 2:11), que van en pos de una patria mejor.

Por lo tanto, los que han resucitado con Cristo han participado de la muerte y resurrección con el Señor. El creyente ha sido unido al cuerpo de Cristo y participa de las bendiciones celestiales que le han sido prometidas (Rom 6:3–4); ya no puede vivir para sí porque Cristo vive en él (Ga 2:20). Este proceso se da mediante la fe que es en Dios, la que salva, la que da vida.

Ahora que esto es una realidad en los creyentes, cada uno es responsable de mirar hacia lo celestial y poner su meta ahí; debe buscar el reino de Dios y su justicia; esa debe ser la prioridad máxima (Mt. 6:33). Esto significa ocuparse de lleno de lo celestial, en la gloria de Dios; todo lo que los verdaderos creyentes hacen, lo hacen pensando en que se encontrarán con Cristo y entienden que deben glorificarlo en todo.

Practicar esto de poner la mirada en las cosas de arriba es un reto que todo creyente debe asumir; todo lo que hace, lo que dice, por lo que lucha debería ser para que Cristo sea glorificado, para que su Nombre sea exaltado y conocido en todas las naciones. Poner la mirada en las cosas de arriba es negarnos a nosotros mismos para que la gloria sea dada a Él.

¿Cuánto de lo que hacemos lo estamos llevando a cabo pensando en la gloria de Dios? ¿Podemos decir que lo hacemos con la mirada puesta arriba? Nuestras vidas deberían estar caracterizadas por ello; eso no significa que no sea una lucha, pero es parte de morir a nosotros para que Cristo sea exaltado en todo y por todos.