El poder Divino nos mantiene aferrados al Evangelio. Prt2

View from the Hill of the Cross overlooking Antigua Guatemala with a cross and people in the foreground.

Y ahora, hijos, permanezcan en Él, para que cuando se manifieste, tengamos confianza y no nos apartemos de Él avergonzados en Su venida. 1 Jn 2:28

En las construcciones de rascacielos los constructores deben aferrarse a las vigas mediante arneses, los arneses los mantienen aferrados a las estructuras que ya están firmes, en un sentido estricto la estructura los sostiene a ellos y el medio es el arnés. Ahora, si un trabajador no se sostiene de la estructura, puede perecer y esto también es una realidad constante. Muchos dicen andar en el Evangelio, pero andan como constructores de rascacielos sin el arnés de la salvación, indefectiblemente perecerán, los que son sostenidos por Cristo mediante la fe del Evangelio no perecerán jamás.

Dios mantiene firme a los creyentes en la salvación, lo que se conoce como la preservación de los santos, pero también hay una responsabilidad personal en cada creyente de mantenerse firme en el Evangelio. Dios demanda del creyente que es guardado por su poder, que se esfuerce y mantenga firme en sus convicciones, que no abandone la fe y que luche por parecerse más a Cristo.

El espíritu da testimonio en nosotros de la salvación para que soportemos en medio de las pruebas (Ro. 8:16–17), y el fin de los creyentes es ser glorificados. Por lo tanto, permanecer en Él significa ser imitadores de Cristo (Ef. 5:1). Jesús mismo dijo a sus discípulos que debían permanecer en Él (Juan 1 5) para que dieran fruto espiritual y aceptable por Dios (Jn 15:4).

Cada creyente es responsable delante de Dios por su crecimiento en el Evangelio, su perseverancia y sustentarse en la fe. Existen varios mandamientos a permanecer firmes en la fe (1 Co 16:13), el creyente debe portarse de una manera digna del Evangelio (Fil 1:27), debe dar fruto de buena obra y crecer en el conocimiento de Dios (Col 1:10), debe crecer en la gracia (2 P 3:18).

El verdadero cristiano demuestra su fe en Cristo, obedeciendo a Dios, amando las Escrituras y sometiéndose al Espíritu de Dios, este da testimonio de la obra que Él ha comenzado y que perfeccionará al final de los tiempos (1 Jn 2:24–25). Las verdaderas ovejas siguen a su Pastor y este les da vida eterna (Jn 10:27–29). La lucha por estar permanentemente aferrados al Evangelio en medio de este mundo tan turbulento solo demuestra nuestra naturaleza como creyentes, los que huyen y olvidan la fe demuestran su naturaleza impía. Los creyentes permanecen porque Dios les ha dado el mandamiento de hacerlo, les ha dado las herramientas y sobre todo, Él mismo los sostiene.

Sabiendo todo esto, cada creyente debe repetirse a sí mismo estas palabras de Hebreos cada vez que sienta que no puede dar más de sí.

Mantengamos firme la profesión de nuestra esperanza sin vacilar, porque fiel es Aquel que prometió. He 10:23.