Santiago, siervo de Dios y del Señor Jesucristo: A las doce tribus que están en la dispersión: Saludos. Stg 1:1.
El libro de Santiago es el más antiguo del Nuevo Testamento (alrededor de 49 d.C.). La redacta Jacobo, el medio hermano del Señor. Jacobo, junto con los demás hermanos de Jesús, al principio lo rechazó (cp. Jn. 7:5). Este libro ha sido de gran ayuda a los cristianos que se encuentran en circunstancias difíciles,
Además, a pesar de ser tan pequeña, tiene una gran carga teológica, ya que está cargada de mensajes acerca de Dios Padre y de Jesucristo: «Padre» aparece tres veces (1:17, 27; 3:9) y «Señor» siete veces (1:7; 3:9; 4:10, 15; 5:4, 10, 11). Jesús es «Señor» en 1:1; 2:1; 5:7, 8. La oración «en el nombre del Señor» (5:14–15)
Vamos a explorar el Libro de Santiago en cada uno de sus versículos, buscar el consejo de Dios y aplicarlo a nuestras vidas para hallar reposo en Él. Según se observará a lo largo de este comentario. Según John MacArthur «Santiago escribió su epístola para exhortar a sus lectores a que examinaran su fe para ver si era una fe salvadora genuina». De ahí que el libro esté guiado por la palabra prueba.
Santiago en principio rechazó a Jesús, pero en el libro de Hechos lo vemos como un pastor, como un líder de la Iglesia (Hch. 21:17–18). Esta es la primera gracia de Dios en la vida de los humanos: cuando Él nos ha llamado, no importa cuántas veces lo rechacemos, terminaremos postrados a sus pies sirviéndole. Al igual que Jacobo, nosotros aborrecíamos a Cristo, ya sea ignorándolo, negándolo o yendo en contra de su santa ley, pero por gracia nos salvó (Ef 2:8-9) y ahora debemos ser sus testigos.
Acompáñeme en este viaje por la epístola y descubramos juntos el consejo de Dios.