Hay que acordarse de Dios porque la muerte es una realidad

Acuérdate de Él antes que se rompa el hilo de plata, Se quiebre el cuenco de oro, Se rompa el cántaro junto a la fuente, Y se haga pedazos la rueda junto al pozo; Entonces el polvo volverá a la tierra como lo que era, Y el espíritu volverá a Dios que lo dio. «Vanidad de vanidades», dice el Predicador, «todo es vanidad»
Ec 12:6–8.

Salomón hace el llamado para acordarse de Jehová antes que la muerte llegue, ser conscientes de la muerte es un aliciente para servir a Dios. Los creyentes deben estar dispuestos a servir a Dios como si esa fuese última obra, como si fuese el último día sobre la tierra, la muerte está por alcanzarnos a todos en cualquier momento y el Predicador lo ilustra de esta manera.

Antes que se rompa el delgado hilo de plata que sostiene la vasija de barro, la que se quebrará y se haga pedazos. Cuando un creyente no se siente animado a servir a Dios deber recordar lo corto que es la vida, los días están contados y un día que se pierde es un día irrecuperable.

Pablo exhorta a los efesios a aprovechar el tiempo «Por tanto, tengan cuidado cómo andan; no como insensatos sino como sabios, aprovechando bien el tiempo, porque los días son malos» los días son cortos y aprovecharlos para Dios es de sumo gozo. Por otra parte es necesario que los creyentes tengan una conciencia de lo efímero que son sus días y los use para la gloria de Dios.

Pues si vivimos, para el Señor vivimos, y si morimos, para el Señor morimos. Por tanto, ya sea que vivamos o que muramos, del Señor somos. Ro 14:8.