La comunión, el deseo de Dios para su pueblo

Nosotros la hemos visto, y damos testimonio y les anunciamos a ustedes la vida eterna que estaba con el Padre y se manifestó a nosotros. Lo que hemos visto y oído les proclamamos también a ustedes, para que también ustedes tengan comunión con nosotros. En verdad nuestra comunión es con el Padre y con Su Hijo Jesucristo. 1 Jn 1:2b-3

En las fiestas es muy fácil ver como se reúnen grupos, varones con varones, casados por un lado, solteros por otro, lo mismo con las mujeres. Por otro lado colegas hablan de sus trabajos y se pasan tips y las dificultades que viven, los que estudian se reúnen y cuentan sus penurias. Esta es la naturaleza humana la intimidad. Lo mismo debe pasar con los creyentes debemos buscarnos y hacer causa común por Cristo

Juan predica y enseña de Jesucristo, como testigo primario, lo anuncia, anuncia la vida eterna, anuncia que se ha manifestado y que ahora está al alcance de todos. Los apóstoles estaba comprometidos con la causa el Evangelio (2 Co. 5:14–15). Juan lleva el mensaje a aquellos que han escuchado el testimonio de Jesús y a los que no para alcanzar por el poder del mensaje de la Cruz.

El fin de esta predicación, es la causa común con Cristo. todos los creyentes se deben dar cuenta de que tienen una relación íntima con su Salvador, con Jesucristo y los demás creyentes (Hch. 1:14; 1 Co. 12:26–27). Los creyentes tienen una causa común que es Jesús y su Evangelio, eso debe unir a los cristianos, eso es comunión. Es la manifestación mutua del amor que se ha recibido del Padre y expresarlo entre iguales, también es la unión mística con Cristo la que nos lleva a esa intimidad (1 Co. 6:17).

La predicación del Evangelio atrae a más personas a la comunión con el Padre y con el Hijo, el deber del cristiano es anunciarlo (Jn. 6:29; Hch. 20:21). El fin que la comunión con Dios y su salvados sea una realidad visible y testimonial de Su poder (2 Co. 13:14; Jn. 17:21). La comunión entre creyentes es una realidad del nuevo nacimiento. Los verdaderos hijos de Dios desean estar con Su pueblo y con su Palabra.

Esto nos debe llevar a la reflexión ¿Cómo está nuestra vida de comunión con los creyentes? Hay intimidad, causa en común, o solo hay una tradición de reunirse una vez a la semana. La falsa religión se encarga de confundir cosas Santas con cosas muy buenas. Por ejemplo, congregarse es Santo y es muy bueno pero no genera comunión entre los creyentes ¿Cómo se sabrá entonces si el hermano anda en la comunión con el Padre y con Su Hijo Jesucristo? ¿Cómo daremos testimonio de ser uno con el Padre y con el Hijo? La comunión no debe ser una carga debe ser una necesidad este era el deseo de Jesús

«Para que todos sean uno. Como Tú, oh, Padre, estás en Mí y Yo en Ti, que también ellos estén en Nosotros, para que el mundo crea que Tú me enviaste» Jn 17:21.