La formación del canon del nuevo testamento

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La Biblia como la conocemos no siempre tuvo los veintisiete libros, el camino para reconocer los textos inspirados fue larga, las herejías que se levantaron y los falsos maestros han tratado de eliminar autoridad a las Escrituras y ante esta realidad la iglesia ha tenido que luchar por reconocer la Palabra de Dios. Este proceso no fue fácil, condujo a dificultades y a conflictos y en principio a muchos desacuerdos.
Cuando evangelio empezó a correr por todo el mundo a partir de la predicación de Pedro según el libro de hechos (Hech 2:14–3:26), y a medida que la iglesia fue creciendo llegaban personas de todo el mundo y de todas las creencias, con ellos sus propias creencias y hasta sus propios dioses. No es de extrañarse que en principio la iglesia sufriese el sincretismo religioso y es en este contexto es donde se levantarían algunas herejías que movería los cimientos de la iglesia que la llevó a reconocer los textos que eran en verdad la palabra de Dios.
En medio de todos estos problemas que enfrentaba la iglesia Dios, mediante su santo Espíritu, capacitó a su pueblo para que entendiera cuales de los textos que tenían eran dignos de ser llamados Palabra de Dios, cuales no lo eran y a convencerlos cuando tenían dudas.


La Iglesia primitiva

La formación del canon del Nuevo Testamento fue un período bastante corto que comprendió entre los ciento cuarenta y ciento cincuenta años. A pesar de ello en el principio no había escritos apostólicos, ni evangelios a los que la iglesia se sometía, todas las enseñanzas se fueron transmitiendo oralmente, las enseñanzas empezaron a diseminarse, el testimonio de Cristo corrió y pronto surgiría lo que sería la Palabra de Dios escrita.
En este proceso de transmisión de la sabiduría de Dios, la iglesia del primer siglo dio autoridad a las enseñanzas de Jesucristo y de los Apóstoles quienes aún enseñaban el Antiguo Testamento. No es sino hasta mediados de la tercera década que empiezan a surgir las epístolas que vienen a sintetizar las enseñanzas del evangelio, pero hasta ese momento ninguno tenía escritos. Se cree que hubo escritos primarios donde ya se estaban registradas las obras de Jesús y que luego fueron usadas por los evangelistas sinópticos para resumir y publicar sus escritos acerca del Mesías en la Tierra.
La autoridad de los apóstoles tiene su fuente en Dios mismo y la iglesia los reconocía, esto llevó a que empezaron a guardar los textos de ellos. La autoridad primaria surgió del hecho que estuvieron con Jesús personalmente, escucharon sus enseñanzas y estaban en la tierra para transmitirla a la iglesia. La autoridad no venía de ellos sino de Cristo, esta es la razón que le dio capacidad a Pablo para que corrija a Pedro porque se está apartando de la enseñanza de Cristo, y estaba obviando la libertad que ahora la iglesia tiene en cuanto a la ley (Gá. 2.11, 14).
Dada esta forma de recibir la Palabra de Dios la iglesia empieza a percibir dos fuentes de falsas enseñanzas, por un lado había un sincretismo religioso que estaba creciendo, ya que cada pueblo y cada nación adoptaba prácticas cristianas, pero no abandonaba sus comportamientos idolátricos y sus tradiciones qué se contraponían a lo que Dios enseña. Por otro lado el gnosticismo estaba empujando hacia una interpretación fantasiosa de las escrituras de manera que ya no había una interpretación literaria sino un conocimiento que estaba sólo al alcance de los «iluminados». Estos dos comportamientos estaban atacando totalmente la autoridad de las escrituras y era momento de que la iglesia ordenará este aspecto. Es aquí donde empiezan a surgir epístolas correctivas como Gálatas, Colosenses, 2 de Pedro, Judas entre otras. Pero aún quedaba por determinar la inspiración, y a que libros se les reconocería ese atributo. Decir que las escrituras tienen inspiración equivale a decir que fueron exhaladas por el mismo Dios (Theos, Dios; pneo, respirar).


La necesidad del Canon

La palabra canon hacía referencia a una barra recta que lo que hacía era medir algo y que servía como norma, es en este sentido que a los textos bíblicos se les llama canónicos, porque cumplen con ciertas reglas necesarias para ser considerados como palabra de Dios. Las herejías que se levantaron y los falsos maestros trataron de eliminar autoridad a las Escrituras y ante esta realidad la iglesia tuvo que luchar por reconocer los textos inspirados por Dios, por su puesto todo este proceso no fue fácil condujo a dificultades y a conflictos.
En medio de todos estos problemas que enfrentaba la iglesia Dios mediante su santo Espíritu capacitó a la iglesia para que entendiera cuales de los textos que tenían eran dignos de ser llamados Palabra de Dios, cuales no lo eran y a convencerlos cuando tenían dudas.

Las herejías de Marción

Marción fue un conocedor del Evangelio, hijo de obispo que simpatizaba entre el judaísmo y el nosticismo, negaba la importancia del mundo material, en Roma se hizo muy popular y logró algunos discípulos, los cristianos no estaban tan contentos con sus enseñanzas porque contradecían la fe de la iglesia, de manera que se apartaron de él, pero sus seguidores eran lo suficientemente grande como para crear su propia iglesia.
Dentro de las falsas doctrinas que sostenía este hombre, estaban negar la trinidad como la conocía la iglesia, según él existían al menos dos dioses supremos dentro de los cual estaba Jehová del antiguo testamento y el Padre Jesucristo. Jehová era un Dios subordinado creador del universo. Por otro lado estaba Dios padre de los cristianos, que en contraposición a Jehová era un Dios bueno que hacía las cosas por amor y no por venganza y por eso dio a su hijo Jesucristo. Otra de sus enseñanzas era que Jesús no había nacido de María sino que apareció siendo ya un hombre maduro y listo para ser sacrificado.
Marción por supuesto no aceptaba el antiguo testamento y le llamaba libro del Dios de los judíos. De los escritos apostólicos y evangélicos sólo aceptaba el evangelio según san Lucas y las cartas paulinas exceptuando las pastorales. Antes de continuar es importante reconocer que Dios está utilizando las herejías de Marción para unificar los textos inspirados, es de hecho el trabajo de este hombre el reconocimiento de inspiracion a las Epístolas paulinas dandoles nombre y carácter de Escritura, aunque negaba el resto de inspiración divina, su necedad y su apostasía dieron inicio al proceso para que la iglesia reconociera la inspiración del Antiguo Testamento y la canonicidad del Nuevo.

La herejía de Montano

Montano fue un hereje que dijo haber recibido nueva revelación de Dios, dentro de sus enseñanzas decía que Jesús pronto vendría a reinar sobre Jerusalén, y que iría a un lugar llamado Pepusa, una pequeña ciudad de Frigia, Junto a él Priscila y Maximilla decían tener inspiración del Espíritu Santo y un nuevo mensaje para la iglesia, decían tener profecías, que hablaban como profetas para la iglesia y que tenían autoridad divina. Según ellos todos los obispos debían someterse a sus enseñanzas.
Claramente esto iba en contra de las enseñanzas de los líderes de la iglesia, Eusebio los acusó de ser falsos profetas. Pero las enseñanzas de Montano tenían énfasis en los dones carismáticos, pronto fue acusado de ser un hereje al decir que sus palabras venían del Espíritu Santo, la otra parte de sus enseñanzas tenía que ver con la vida práctica con ayunos disciplinas y ofrendas. Como estos falsos profetas hubo muchos pero estos dieron pie a la necesidad de la formación del canon.

La falta de unidad en el criterio unificador

Antes de llegar a concluir qué libros eran inspirados, no había en la iglesia unanimidad en cuanto a aquel libros eran y no eran palabra de Dios, algunos no estaban tan de acuerdo en los libros de Hebreos Santiago, las epístolas de Pedro, específicamente la segunda y la tercera, Judas y Apocalipsis. los Evangelios, el libro de Hechos y las epístolas fueron rápidamente aceptados. Otros libros, tales como el Apocalipsis, la Tercera Epístola de Juan, y la Epístola de Judas, tardaron más tiempo en ser universalmente aceptados. En el fondo la falta de criterio único, de lo que en realidad fue la palabra de Dios, dio origen a la necesidad de encontrarlos.


La creación del Canon

La iglesia primitiva o del primer siglo recibió de los Apóstoles los manuscritos llamados también la autógrafa, está claro, que según la tradición de la iglesia, el último libro en ser entregado fue el de Apocalipsis. Fue la iglesia la que recibió y entendió que estos escritos tenían autoridad dado que los escritos apostólicos tienen la características de ser dados por Dios. Aunque esta observación no fue tan sencilla, el reconocimiento de algunos libros por conflictos con su autoría o su interpretación tardó algún tiempo, al final se pudo llegar a un consenso, los libros sí eran totalmente inspirados por Dios.
El cierre al conflicto de qué libros debían entrar o no al Canon se dio en el año 367 después de Cristo cuando Atanasio de Alejandría dio por zanjado el problema incluyendo así los veintisiete libros del nuevo testamento, en el año 397 en el concilio de Cartago se decretó que solo estos veintisiete libros pueden ser llamados escrituras divinas, todos estos libros aparecen juntos cuando Jerónimo y Agustín los incluyeron en la versión vulgata y desde entonces estos libros han sido aceptados. Este conflicto se volvió a revisar en la reforma, con Lutero y Calvino aunque ellos propusieron algunas pruebas impropias defendieron la conicidad que los padres de la iglesia habían propuesto.
Para poder llegar a la conclusión de qué libros eran inspirados por Dios Se debió seguir una serie de normas que se le aplicarían a cada uno de los libros que serían estudiados a fin de saber si eran o inspirados, estas reglas de canonización fueron las que dieron fin a la controversia y a los conflictos heréticos de la época.
En primer lugar se debía revisar su antigüedad y qué tan cerca estaba la fecha de su autoría a la época apostólica. Todos los libros debían haber sido escritos por un apóstol o bajo la supervisión de ellos. Si un libro está muy alejado de la época de los apóstoles, por supuesto, no sería tomado en cuenta como dado por Dios porque no cumpliría este principio. También se revisaba la enseñanza de cada uno de los libros si estaba de acuerdo o no con la ortodoxia que los apóstoles habían instituido en la iglesia, este principio buscaba separar aquellos textos que aunque tenían nombres apostólicos estaban separados en su enseñanza al credo que ellos habían enseñado.
El uso de la iglesia también fue parte imprescindible para saber si un texto pertenecía o no a los inspirados, esto era una parte muy sencilla pero muy delicada. Ningún texto que sólo fuese aceptado por una iglesia o un grupo de personas reducido y no haya sido diseminado por las otras congregaciones y aceptado por éstas podía llamarse a sí mismo inspiración divina. Este es un principio ecuménico, la doctrina estaba enviada para la iglesia y el pueblo de Dios, por tanto todas las epístolas aunque fuesen personales se publicaban dentro de las congregaciones y fuera de ellas a fin de enseñar a todo el pueblo de Dios el consejo apostólico.
La inspiración, un último tema que la iglesia debía observar. Era así cmo al libro que se estaba cuestionando se le reconocía la inspiración. Lo que la iglesia estaba buscando era si en algún momento se había respetado ese libro como palabra de Dios y se le daba ese lugar de primacía. Parece un poco extraño tener que revisar cada libro por un tema tan complejo como la inspiración. Debían determinar si Dios había dicho las palabras que estaban escritas en ese texto y ahora defenderlo para decir que era parte del canon. En el principio en la iglesia el Antiguo Testamento ya era fácilmente aceptado como inspirado por Dios. Clemente de Roma enseñaba la inspiración de los escritos paulinos, Ireneo y Orígenes le daban este carácter a las epístolas también de Pablo. El asunto se dirimió por la práctica de la iglesia, históricamente la iglesia se estaba sometiendo a estos libros como autoridad divina y esto les dio el carácter de canónicos porque reconocieron en ellos la voz de Dios.


Conclusión

Es el canon del nuevo testamento es el resultado de la obra divina mediante la cual Dios mismo ha conservado y preservado su santa palabra a lo largo de la historia. Como esto es una obra divina el ser humano sólo tuvo que reconocer lo que Dios estaba haciendo y diciendo por medio de sus escritos, por medio de sus siervos los apóstoles, en este caso. A pesar de que fue un proceso largo y lleno de conflictos fue Dios quién guio a la iglesia para que reconociera la autenticidad a las palabras escritas por los apóstoles.
La iglesia fue la receptora de la sabiduría divina que fue transmitida desde Cristo mismo y redactada por los autores de los evangelios, luego las epístolas y textos apostólicos que ayudaron al crecimiento de la iglesia. Cuando hablamos de la Biblia estamos hablando de este proceso, la inspiración y redacción de lo que es hoy reconocido como Palabra de Dios.
Es también importante comprender que a pesar de que surgieron muchos conflictos que derivaron en el reconocimiento de los libros inspirados, ningún problema escapó del proceso divino y soberano del Señor. Todo este proceso de conflictos derivo en que la iglesia reconoció lo que en verdad era palabra de Dios. En otras palabras, lo que estaba sucediendo era que en la soberanía de Dios, Él había dispuesto que hombres pecadores quisieran levantarse contra la iglesia para que esta pudiese unificarse y unificar todos los textos que hoy el pueblo de Dios disfruta y reconoce como las Sagradas Escrituras.


Bibliografia

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