¿Sufre alguien entre ustedes? Que haga oración. ¿Está alguien alegre? Que cante alabanzas. Stg 5:13.
Para aquellos que están sufriendo, es importante el consuelo que puedan recibir, pero muchas veces es la persecución la que genera ese sufrimiento. Cuando es por causa del Evangelio que los enemigos se levantan contra los hijos de Dios, el consejo que da Santiago es que oren. Cuando el sufrimiento es por causa de Cristo, lo mejor es acercarse a Él para que nos ayude a llevar las cargas pesadas de este mundo.
Hacer oraciones y súplicas a Dios puede terminar en dos obras milagrosas del Señor: la primera es que la carga por la que se ora sea eliminada; aun la persecución más dura ha sido eliminada por medio de la oración. El caso de Mardoqueo que puso a orar (Ester 4). Pero no solo eso; las Escrituras nos exhortan a poner nuestras ansiedades delante de Dios, porque Él cuida a su pueblo (1 P. 5:7).
La segunda obra milagrosa que sucede cuando el pueblo ora en medio de la persecución es el fortalecimiento del corazón. Muchos creyentes han sufrido y llevado el oprobio y han sido fortalecidos por Dios para que sus corazones no desmayen. Esta obra milagrosa explica por qué los mártires se gozaban en sus sufrimientos. Oraron a Dios y fueron fortalecidos, dentro de ellos la vida de Pablo, Esteban (Hch 7) y la lista de hebreos 11. Así que en medio de la persecución y el sufrimiento hay que orar; Dios hará la obra, eliminando la amenaza o fortaleciéndonos para soportarla.
Los creyentes que están alegres deben cantar a Dios; los de espíritu fortalecido o que no tienen preocupaciones, estos deben ser ejemplo de una vida que adora a Dios. Mientras unos se refugian en busca del consuelo, los que han sido consolados deben alegrarse en Dios y adorarlo en gran manera, para dar testimonio de la obra que Él hizo en sus vidas. Hay dos textos que los creyentes deben tener en mente cuando los días difíciles vengan.
Por nada estén afanosos; antes bien, en todo, mediante oración y súplica con acción de gracias, sean dadas a conocer sus peticiones delante de Dios. Y la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, guardará sus corazones y sus mentes en Cristo Jesús. Flp 4:6-7.
Perseveren en la oración, velando en ella con acción de gracias. Col. 4:2
Solo en la oración los creyentes encontrarán el consuelo que necesitan en sus vidas. Vayamos confiadamente delante de Dios para que actúe en nuestras vidas y nos gocemos en medio de su respuesta a nuestras necesidades.