Nosotros debemos amarnos

A sparkler writes the word 'Amor' in a dark setting, capturing the essence of love and celebration.

En esto se manifestó el amor de Dios en nosotros: en que Dios ha enviado a Su Hijo unigénito al mundo para que vivamos por medio de Él. En esto consiste el amor: no en que nosotros hayamos amado a Dios, sino en que Él nos amó a nosotros y envió a Su Hijo como propiciación por nuestros pecados. Amados, si Dios así nos amó, también nosotros debemos amarnos unos a otros. 1 Jn 4:9–11.

Juan nos muestra el nivel del amor de Dios para que entendamos como debemos amar. Cuando algunos hablan de amor, hablan de lo romántico, de los atardeceres, de la luna y cenas románticas, cuando Dios habla de amor, habla de sí mismo, de su ser, de su gracia. Las Escrituras enseñan y dicen que Dios es amor, además nos muestran como ese amor se manifestó para que podamos imitarlo. Dios dio a su hijo, en esto está la manifestación más grande de amor.

Ahora que sabemos que Dios dio a su Hijo como muestra indudable de su amor (Jn 3:16), lo más grande y maravilloso es que ese Hijo fue crucificado y murió por los pecadores (Ro. 5:8). La encarnación de Dios muestra el nivel de amor a la humanidad, Juan explica que la humanidad no amó a Dios, Él amó a la humanidad y dio a su Hijo, para rescatar y dar vida a los que creen en su Nombre.

Enviar a Cristo como propiciación significa que Dios dio al Señor como sacrificio expiatorio por los pecados, un sacrificio perfecto para dar perdón a los que por el pecado estaban destinados a la muerte (Ro. 3:25). Si hemos degustado de este amor, de este perdón, entonces este mismo debe ser derramado a los que nos rodean, a los que llamamos hermanos. Ya juan declaró esto en los versos anteriores «En esto conocemos el amor: en que Él puso Su vida por nosotros. También nosotros debemos poner nuestras vidas por los hermanos» (3:16)

Cuando por orgullo, necedad y pecado no amamos a nuestros hermanos, estamos lejos de Dios, lejos de su naturaleza, porque nos ha enseñado el camino a la vida eterna y nos ha dado ejemplo. Dios quiere que amemos a nuestros hermanos con la misma intensidad en la que hemos sido amados por Él, que no pongamos pretextos, solo que los amemos. Hermanos, si el Santo se entregó a sí mismo para perdonarnos y así demostrarnos su amor, quienes somos nosotros para no amar a nuestros hermanos. Solo los que conocen el amor verdadero son capaces de dar amor, demostremos nuestra obediencia a Dios amándonos incondicionalmente.